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Autobronceantes
Los autobronceantes sin sol, de uso tópico, contienen dihidroxiacetona (DHA), siendo éste el único aditivo para dar color a la piel aprobado por la FDA (Administración de Drogas y Alimentos de EU). Habitualmente se utiliza en concentraciones entre el 3 y el 5%; reacciona con componentes del estrato córneo, la parte más superficial de la piel, para formar componentes negro-parduzcos llamados melanoidinas. No produce pigmentación en áreas que carecen de estrato córneo, por ejemplo en las membranas mucosas y a la inversa, mayor pigmentación, en zonas con estrato córneo grueso (piel de mayor espesor) palmas y plantas, rodillas, tobillo. La FDA sólo lo aprobó para su uso tópico y éste no debe incluir los labios u otras zonas mucosas y zonas cercanas a los ojos.
Los productos con DHA contienen, además, diferentes ingredientes, incluyendo protectores solares, vitaminas, extractos botánicos, antioxidantes y alfa hidroxiácidos. La DHA sola, como autobronceante, sin el agregado de un protector solar, provee un factor de protección solar de 3 o 4 que no protege de las quemaduras solares; el envase debe especificar si, además, contienen o no protector solar.
La DHA utilizada en forma tópica no constituye una sustancia tóxica; se han reportado casos raros de dermatitis por contacto (alérgicas), en general pueden producir irritación más que verdaderos fenómenos alérgicos. Actualmente existen diversas formas de aplicar autobronceantes, a través de la autoaplicación o en salones donde personas experimentadas lo utilizan en sus clientes en forma de lociones y además, es la sustancia que se emplea en las cabinas de bronceado sin sol, donde la persona adquiere su color bronceado en un corto período de tiempo, 60 segundos; previamente se protegen zonas mucosas, áreas oculares, zonas del cuerpo con mayor espesor, uñas y se debe evitar el ingreso vía respiratoria. En pocos casos se relataron efectos irritantes.
Protección solar
Pantallas solares: sus componentes químicos absorben la radiación solar y evitan que ejerzan su efecto nocivo en las capas inferiores de la piel, aquellos que provean un factor de protección solar menor a 15 son inefectivos para cumplir su rol de protección a la radiación UV; muchas productos de uso diario, humectantes de uso cosmético, incluyen FPS 15 o mayor son eficientes para la protección de rutina; cuando la exposición solar ocurre en horarios en los cuales la radiación es máxima, ya sea en la playa o realizando actividades al aire libre, debemos recurrir a productos con alta protección 30 o mayor, 30 plus o 30+, siguiendo escalas de medición del FPS de EU, o alto 15-20-25 o muy alto 30-40-50 o Ultra 50+ bajo normas de la Unión Europea (COLIPA). Los productos que contienen avobenzone, dioxido de titanio u óxido de zinc aumentan la protección, protegiendo contra rayos UVB y UVA. En la actualidad se especifica el FPS en 50 o 50 +.
Se discutió por años si la persistencia al sol durante mayor cantidad de tiempo, facilitada por el protector solar de alto FPS ocasiona daño a la piel; existe el consenso que su uso genera beneficios que superan estos posibles daños que no fueron debidamente demostrados. En los comienzos, los protectores solares contenían PABA, que fue suplantado por producir diversas reacciones adversas.
Recomendamos adquirir protectores solares de marcas reconocidas, con especificación del FPS y la resistencia al agua, los de mayor protección en general se expenden en forma de cremas; otros, con menor FPS, aunque muchas veces elevado, pueden manufacturarse como emulsiones o geles, estas últimas son utilizadas en pieles seborreicas o con acné; las formas en spray pueden cubrir en forma parcial el tegumento considerando la irregularidad del rociado pero son útiles en zonas pilosas. Las personas de piel clara, con pelo rojo, deben extremar sus cuidados, lo mismo ocurre con los niños, por ende sugerimos elegir protectores con 50+.
Bronceadores:
Los bronceadores son productos que tiñen en forma temporaria la piel a través de colorantes o tintes solubles en agua; pueden ser preparaciones oleosas, cremas, lociones o geles que contienen protectores químicos UV-B con bajo factor de protección solar (FPS) para facilitar el bronceado sin sufrir quemadura solar lo cual no significa que la eviten, especialmente ante exposiciones prolongadas, en horarios de mayor radiación solar y en pacientes con piel tipo I o II (piel clara).
Aceleradores del bronceado:
En la década de 1980 aparecieron en el mercado píldoras y tópicos en cuyo envase se observa la leyenda “acelerador de bronceado”, basados en su teórica capacidad de proveer a la piel un aumento de substrato, tirosina, para facilitar la producción natural de melanina, los cuales no son efectivos. Las píldoras contienen, generalmente, cantaxantina (B-carotene-4,46-dione), un carotenoide natural hallado en plantas, hongos vegetales, bacterias, crustáceos, trucha de mar, algas y plumas de pájaros. La acumulación de cantaxantina en la epidermis y la grasa subcutánea da a la piel un color amarillento, pardo-anaranjado. La FDA aprobó el uso de cantaxantina, en bajas dosis, como aditivos para dar color a los alimentos, pero no fue aprobada como agente para broncear la piel. La ingestión en grandes cantidades ha sido asociada con retinopatía, urticaria, hepatitis y anemia aplásica. Sin embargo, es común su venta.
Dr. José Luis Iribas
Especialista en Dermatología. UBA.